Mi nombre es José Ángel, tengo 39 años (enero 2017) y vivo en Zamora. En el verano pasado, 2016, jugando en la piscina con mi hija, me retorcí el dedo anular de la mano derecha. Tuve una pequeña deformación e hinchazón con un pequeño hematoma en la articulación principal, aunque no fui al médico, los síntomas eran los propios de un esquince. Estuve aplicándole diversos remedios naturales y fue mejorando, pero volvía a tener al poco tiempo un golpe en el mismo dedo y, por circunstancias, no podía guardar mucho reposo para que se recuperara.
Después de dos meses el dedo seguía con dolores e inflamado y tenía que tener mucho cuidado para hacer ciertas cosas.
Había leído en el libro de María Treben “La Salud de la botica del señor” de las virtudes de la raíz de consuelda y preparé una tintura tal como en él se explica. Después de la primera aplicación echándome la tintura en el dedo el efecto fue prácticamente inmediato, el dolor se fue y creo que volví a hacer otras dos aplicaciones más y no he vuelto a tener ningún dolor.